Durante el reinado de Martín I el Humano, este desea reunir bajo la Corona de Aragón los objetos más interesantes de la Iglesia y constituir un Relicario Real. El 26 de Septiembre de 1.399 se lleva esto a cabo y ‘la Copa’ baja del Monasterio de San Juan de la Peña a Zaragoza al palacio de la Aljafería, sede de la corte en aquel momento.
Le sucede Alfonso V el Magnánimo en virtud del Compromiso de Caspe, al fallecer el rey Martín, y aquel traslada la corte al palacio real en Barcelona y así queda datado en 1.410 como parte del inventario del Relicario.
Decide Alfonso V trasladarse a Valencia y de nuevo está documentado en 1.424 su existencia en el palacio Real de Valencia, siendo en 1.432 depositado en custodia en la Catedral, de la que posteriormente pasará a ser propiedad.
Exactamente es el 18 de Marzo de 1.437, según consta en documento depositado en dicha Catedral, ya que el Rey Alfonso V El Magnánimo para financiar sus campañas en Nápoles y Sicilia, pide un préstamo al Cabildo Catedralicio de Valencia, poniendo como garantía todo el Relicario de la Corona de Aragón. Dado que a la fecha del vencimiento de aquel no reembolsa lo pactado, todos los objetos que lo avalaban pasan a ser propiedad del Cabildo.
Desde aquella fecha y con los avatares de invasiones y guerras de los siglos siguientes, permanece en la Catedral de Valencia junto con el resto de reliquias y objetos de valor.